Gabriela Gottau | Directo al Paladar
Siempre hablamos de alimentos procesados haciendo referencia a aquellos ingredientes que han recibido un procedimiento industrial, que son producto de una industria alimenticia.
Siempre hablamos de alimentos procesados haciendo referencia a aquellos ingredientes que han recibido un procedimiento industrial, que son producto de una industria alimenticia. Sin embargo, en una categoría diferente se encuentran los alimentos ultraprocesados, te contamos cuáles son y por qué deberías reducir su consumo.
¿Qué es un alimento ultraprocesado? Un alimento ultraprocesado es, según la clasificación NOVA que categoriza a los alimentos en función del procesamiento que han recibido, aquel que se elabora a partir de ingredientes procesados y no contiene ingredientes frescos o que puedan identificarse en su presentación final.
Así, los alimentos ultraprocesados son aquellos elaborados para ser consumidos sin más y pueden reemplazar una comida completa.
Entre sus ingredientes predominan ingredientes procesados tales como almidón, azúcar, aceites, sal y además, están presentes en su composición variedad de aditivos industriales que no podemos comprar en tiendas con facilidad. Por ejemplo, la mayoría de sus ingredientes son conservantes, estabilizantes, resaltadores del sabor, colorantes, aromatizantes, emulsionantes, entre otros.
El perfil nutricional de los ultraprocesados. Claramente en la actualidad estamos rodeados de alimentos ultraprocesados que componen en una gran parte de la población, la alimentación diaria.
Por ello, es fundamental conocer el perfil nutricional de los alimentos ultraprocesados que son ampliamente consumidos dada la comodidad que representan, lo accesible que se encuentran y lo atractivo que resultan al paladar en medio de una vida agitada, "sin tiempo" para cocinar.
Un estudio realizado en Nueva Zelanda, confirma que en los supermercados el 80% de los alimentos envasados son ultraprocesados y que a mayor grado de procesamiento, peor es el perfil nutricional de los mismos. De hecho, los ultraprocesados son los que menor calidad nutricional tienen. Asimismo, a mayor grado de procesamiento menos saciedad generan los alimentos y mayor respuesta glucémica producen, tal como ha concluido una investigación publicada en Food and Function.
También, los alimentos ultraprocesados son precisamente los que pueden tener combinaciones adictivas al ofrecer simultáneamente alta cantidad de sal y grasas y/o grandes concentraciones de azúcar y grasas como fuente de energía altamente agradable al paladar humano.
Por estas razones, los alimentos ultraprocesados, tan accesibles, cómodos y apetecibles son precisamente los que dejan mucho que desear al analizar la calidad nutricional.
¿Por qué deberíamos reducir los ultraprocesados en nuestra dieta? El escaso perfil nutricional de los alimentos ultraprocesados ya debería ser razón suficiente para reducir su consumo si queremos lograr una alimentación que proteja la salud.
Pero además, un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition señala una asociación positiva entre la ingesta de alimentos ultraprocesados y la presencia de sobrepeso y obesidad, condiciones que han crecido en los últimos años a pasos agigantados. Son también estos alimentos los que más se han vinculado a la presencia de cáncer debido a la gran cantidad de aditivos y a la pobre calidad nutricional que poseen.
Además, alimentos con bajo poder de saciar al organismo y con alta respuesta glucémica pueden inducir cambios metabólicos nocivos, así como también, ingredientes pobres en nutrientes saludables como fibra, omega 3 y antioxidantes como son los ultraprocesados
Como si fuera poco, los ultraprocesados poseen más sodio, grasas trans y saturadas y mayor densidad energética, todo lo cual puede afectar negativamente nuestra salud a largo plazo, tal como ha sido estudiado en Brasil.
Por todo esto, es fundamental reducir los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta y apuntarnos cada día más a cocinar y comer en casa, pues es la mejor manera de garantizar buenos nutrientes en la alimentación cotidiana y así, proteger al organismo de enfermedades propias de los malos hábitos de vida.
FUENTE: https://www.directoalpaladar.com