La obesidad es una enfermedad multifactorial, no es una condición. Y como enfermedad que es tiene diferentes tipos de tratamientos: fármacos, balon gástrico y cirugía. Cada uno, esta indicado en función de las características clínicas de la persona y su grado de obesidad y no debe realizarse por el estigma presente.
La obesidad es una enfermedad multifactorial, no es una condición. Y como enfermedad que es tiene diferentes tipos de tratamientos: fármacos, balon gástrico y cirugía. Cada uno, esta indicado en función de las características clínicas de la persona y su grado de obesidad. Sin embargo hay en día, la principal elección de la persona con sobrepeso u obesidad es iniciar tratamiento farmacológico, en ocasiones, incluso en discordancia del criterio del especialista .
Para la persona con obesidad, el tratamiento, en muchas ocasiones, esta condicionado al entorno personal y social de esta persona, lo genera retrasos injustificados en su aplicación y cuando se realiza se tiene la sensación de haber dado un paso “valiente” en lugar del paso correcto.
¿Cuándo damos el paso "valiente"?
Este paso valiente normalmente es fruto de no poder soportar más la mala calidad de vida asociada al exceso de peso cuando no, de la presencia de enfermedades que se hallan en progresión y requieren tratamientos y aparatos incomodos como la CPAP frente a la apnea.
Es un paso valiente porque se vence el autoestigma inducido por diferentes ambientes que desconociendo los resultados que consiguen estos procedimientos, los desaconsejan o inducen a barreras en la persona que provocan que desista de tomar la iniciativa, induciendo a pensar que la obesidad es solo una cuestión de falta de voluntad. Lo que podría etiquetarse como otra forma de estigma, ya sea social o institucional, dependiendo del entorno donde se realice.
Muchas veces hemos oido en la consulta a modo de satisfaccion “si lo hubiese sabido antes, me hubiese hecho el tratamiento años atrás”, lo que refleja tanto la angustia como el miedo de la persona para dar el paso, en ocasiones en solitario, sobre la necesidad de un tratamiento, totalmente respaldado por la evidencia científica, y la liberacion por el acierto del resultado de la decision tomada.
Los retrasos en el acceso a los procedimientos en buena parte son inducidos por lo que actualmente se conoce como estigma. Término que se define como el señalamiento negativo hacia una persona o grupo de personas y puede ser una marca de deshonra o mala reputación característico de una enfermedad determinada
¿Has notado este estigma en tu entorno?
Actualmente han irrumpido en los protocolos de tratamiento de la obesidad los fármacos, que tienen sus indicaciones concretas pero que son elegidos como primera opción de tratamiento por muchas personas. Estos tratamientos ademas de tener resultados visibles y cuantificables en la mayoría de las personas que los estan utilizado, en ocasiones se utilizan por personas relevantes de la sociedad y que difunden en redes sociales sus resultados , por ello los fármacos no estan estigmatízados y pueden ser incluso aceptados por el entorno social de la persona.
Gracias a los avances tecnologicos, el balón gástrico, esta indicado en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad grado I (misma indicación que los medicamentos para la obesidad). El balón gástrico Allurion no requiere endoscopia ni anestesia para su colocacion, a pesar de ello estos tratamientos, todavía suscitan cierto grado de estigma al ser considerado como prodecimientos.
Algunas razones que enumera la inteligencia artificial, a la que hemos consultado sobre la realidad existente o no del estigma en los tratamientos de la obesidad, son: la percepcion de "atajo", la falta de información del paciente y del entorno y, las experiencias previas de otras personas que han realizado tratamientos. Estas razones, también son corroboradas por la mayor parte de personas que tienen en su entorno a una persona con obesidad y, que sin duda también se contemplan en diferentes instancias del ámbito médico.
Como explica la inteligencia artificial estas razones:
- Percepción de “atajo”: Muchas personas creen erróneamente que los tratamientos para la obesidad, como el balón gástrico, son una solución fácil en lugar de un esfuerzo legítimo para mejorar la salud.
- Falta de información: Hay desconocimiento sobre lo difícil que es perder peso con métodos convencionales y cómo estas intervenciones pueden ser necesarias por razones médicas, no solo estéticas.
- Experiencias previas de otros pacientes: Algunas personas pueden criticar el procedimiento si conocen a alguien que no obtuvo los resultados esperados o tuvo complicaciones.
Del mismo modo, como hablamos en una entrada anterior en este blog, también se perciben las mismas emociones encontradas cuando la persona con obesidad que tiene indicación objetivos y se le recomienda una cirugía para su obesidad, se siente estigmatízada y rechaza la recomendacion.
Por esto, es clave la educación y el acompañamiento médico en estos tratamientos, no solo para lograr el éxito clínico, sino también para ayudar al paciente a manejar el impacto psicológico y social realizándonoslos los tratamientos precisos en ambientes multidisciplinares y acreditados.
