La obesidad se debe tratar idealmente con ejercicio y dieta, pero pocas personas pueden soportar regímenes dietéticos durante demasiado tiempo. Se ha buscado promover el desarrollo de tratamientos farmacológicos para tratar esta enfermedad. En los últimos años se han desarrollado y puesto a disposición de las personas con sobrepeso y la obesidad, fármacos que han mejorado significativamente los resultados respecto a opciones anteriores como el orlistat, bupropión o sibutramina.
Los principales protagonistas del cambio y a los que hacemos referencia son la liraglutida, la semaglutida y la tirzepatida que permiten obtener resultados más eficaces cuando se apoyan de nutricionistas y profesionales expertos en el tratamiento integrados en equipos multidisciplinares.
Hoy en día la obesidad es definida como una enfermedad que reduce la esperanza de vida y es un factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y se ha relacionado con ciertos tipos de cánceres.
La obesidad se debe tratar idealmente con ejercicio y dieta, pero pocas personas pueden soportar regímenes dietéticos durante demasiado tiempo. Se ha buscado promover el desarrollo de tratamientos farmacológicos para tratar esta enfermedad. En los últimos años se han desarrollado y puesto a disposición de las personas con sobrepeso y la obesidad, fármacos que han mejorado significativamente los resultados respecto a opciones anteriores como el orlistat, bupropión o sibutramina.
¿Cuáles son los fármacos para la obesidad responsables de los buenos resultados?
Los principales protagonistas del cambio y a los que hacemos referencia son la liraglutida, la semaglutida y la tirzepatida que permiten obtener resultados más eficaces cuando se apoyan de nutricionistas y profesionales expertos en el tratamiento integrados en equipos multidisciplinares. Sus principales mecanismos de acción (https://www.cinib.es/farmacos-y-peso/farmacos-para-perder-peso) son:
La Liraglutida es un agonista del receptor de GLP-1 que precisa la administración diaria por vía subcutánea. Los mecanismos implicados en la reducción de peso probablemente estén relacionados con una combinación de efectos a nivel del tracto gastrointestinal y a nivelcentral. El GLP-1 activo disminuye el apetito, reduce la ingesta de energía y retrasa el vaciamiento gástrico.
La Semaglutida es un análogo de GLP1 similar a liraglutida, con efectos muy buenos para pérdida de peso, con una vida media más larga. También pertenece a la familia de las hormonas incretinas, disminuyen la hiperglucemia y disminuyendo la velocidad del vaciamiento gástrico que conlleva la disminución del apetito.
Finalmente, la Tirzepatida es un agonista de acción prolongada de los receptores GIP y GLP-1 que intervienen en la regulación del apetito lo que permite una reducción de peso sustancial y sostenida en adultos con obesidad.
Los fármacos para la obesidad se indican en aquellos pacientes que no pueden lograr la pérdida de peso deseable con cambios de hábitos dietéticos y de actividad física.
¿Para quién están indicados los fármacos para la obesidad?
Los fármacos utilizados para tratar la obesidad son herramientas que, en combinación con cambios en el estilo de vida (dieta, ejercicio y modificación conductual), pueden ayudar a las personas a perder peso.
Están indicados en personas con obesidad grado (IMC ≥ 30 kg/m2) o con sobrepeso (IMC ≥ 27 kg/m2) en presencia de otras enfermedades concomitantes relacionadas con el peso, como diabetes tipo 2, dislipemia o hipertensión controlada.
Como todos los fármacos, algunos tratamientos presentan efectos secundarios que pueden requerir la suspensión del tratamiento y, ventajas e inconvenientes, que requieren la valoración continua del prescriptor médico para valorar la continuidad o la finalización del tratamiento.
Los efectos secundarios de los fármacos para la obesidad son, con frecuencia, transitorios y no suponen una causa principal de abandono del tratamiento.
¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de los fármacos para la obeisdad?
Entre las ventajas que ofrecen los fármacos para la obesidad, es importante destacar:
1. La contribución a la pérdida de peso. Los resultados que presentan para reducir el peso corporal como complemento a los cambios en el estilo de vida recomendados. Ofreciendo la mejora de las comorbilidades como la presión arterial, la glucosa en sangre y los niveles de lípidos mejorando los parámetros de salud metabólica.
2. La mejora de la autoestima y de la calidad de vida. La contribución en la obtención de resultados de pérdida de peso y de las enfermedades acompañantes permite aumentar la autoestima y mejorar la calidad de vida.
Entre los inconvenientes, destacaríamos:
Creemos que el principal inconveniente es el coste elevado de los tratamientos para la obesidad y el no estar financiados por el sistema público de salud. Con ello se reduce su accesibilidad a los estratos socioeconómicos más desfavorecidos, donde la prevalencia de obesidad es más elevada.
Otros inconvenientes son una pérdida limitada del 5-10% del peso corporal inicial, lo que puede no ser suficiente para algunas personas, aunque este factor se puede limitar realizando indicaciones adecuadas de los fármacos a su prescripción y el riesgo de recuperación del peso cuando no se mantiene el tratamiento o no se hacen cambios sostenibles en el estilo de vida.
