Los tratamientos no invasivos para combatir el sobrepeso y la obesidad, como la dieta, el ejercicio físico y, en algunos casos, la ayuda de fármacos, han ganado popularidad en los últimos años.
Cada vez más personas buscan información sobre fármacos para la pérdida de peso y es crucial entender cómo funcionan, para quiénes están indicados y cuáles son sus riesgos.
¿Qué son los fármacos para la pérdida de peso?
Los fármacos para la pérdida de peso son medicamentos diseñados para ayudar a las personas con obesidad o sobrepeso a reducir su peso corporal de manera segura y controlada.
Estos medicamentos se prescriben generalmente cuando otros métodos, como la dieta y el ejercicio, no han sido suficientes, y cuando el índice de masa corporal (IMC) de una persona es lo suficientemente alto como para representar un riesgo para la salud.
¿Cómo funcionan?
Los fármacos para la pérdida de peso funcionan de diferentes maneras, dependiendo del medicamento:
- Supresión del apetito: Algunos fármacos actúan sobre el cerebro, reduciendo el apetito y promoviendo una sensación de saciedad más rápida. Esto ayuda a que las personas consuman menos alimentos y, como resultado, pierdan peso.
- Inhibición de la absorción de grasa: Otros medicamentos bloquean la absorción de grasas en el intestino, lo que reduce la cantidad de calorías que el cuerpo almacena.
- Regulación del metabolismo: Algunos fármacos aceleran el metabolismo, lo que aumenta la quema de calorías, incluso en reposo.
¿Para quién están indicados?
Los fármacos para perder peso no son aptos para todo el mundo. Generalmente, se consideran indicados para personas que tienen un IMC de 30 o superior (considerado como obesidad) o que tienen un IMC de 27 o más, pero con enfermedades relacionadas con la obesidad, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial o apnea del sueño.
En cualquier caso, antes de comenzar un tratamiento farmacológico es imprescindible que un médico realice una evaluación exhaustiva, teniendo en cuenta los riesgos y beneficios, así como el historial médico del paciente.
La administración de los medicamentos debe asociarse a un control médico y a un seguimiento nutricional para obtener una óptima respuesta al tratamiento y para mantener la pérdida de peso conseguida en el largo plazo gracias a los cambios de hábitos alimenticios y al ejercicio físico.
Fármacos aprobados para la pérdida de peso.
Los medicamentos más comunes para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad aprobados por las autoridades sanitarias son:
- Orlistat (Orlistat®): Inhibe la absorción de grasa.
- Liraglutida (Saxenda®): Un medicamento que inicialmente se usaba para la diabetes tipo 2, pero que también ha demostrado ser eficaz para la pérdida de peso.
- Semaglutida (Wegovy®): Similar a la liraglutida, es un medicamento que actúa como un agonista del receptor GLP-1, mejorando el control glucémico y promoviendo la secreción de insulina. Su mecanismo de acción es la disminución del apetito facilitando la acción de la insulina, activando el metabolismo basal. Ademas, retrasa el vaciamiento gástrico, que induce una sensación de plenitud gástrica mas prolongada.
- Tirzepatida (Mounjaro®): ofrece una acción dual actuando sobre el receptor GLP-1 y sobre el receptor GIP, proporciona un control glucémico más amplio y efectivo al aumentar la secreción de insulina y reducir la liberación de glucagón.
Resultados esperados de los fármacos aprobados para la obesidad.
- El Orlistat se asocia a modestas pérdidas de peso (3-5% frente a placebo) cuando se acompaña de modificación de hábitos (dieta y ejercicio). No se considera un fármaco de primera elección por su escasa eficacia.
- La Liraglutida obtiene una pérdida de peso promedio de 5 al 10% a las 12 semanas de tratamiento.
- El Semaglutida está indicada en personas con sobrepeso y obesidad grado I, obteniendo unos resultados de pérdida de peso de hasta un 15%, a los 5 a 6 meses del tratamiento.
- La Tirzepatida, tiene la misma indicación que la Semaglutida. Obtiene reducciones medias de peso del 19,5% y 20,9% con dosis de 10 mg y 15 mg consecutivamente, a las 72 semanas en el ensayo SURMOUNT, aunque podrían existir ciertos sesgos de población por la motivación y la adherencia al tratamiento.
Riesgos y efectos secundarios.
Aunque los fármacos para la pérdida de peso pueden ser efectivos, no están exentos de riesgos. Los efectos secundarios más comunes incluyen:
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea o estreñimiento.
- Dolores de cabeza.
- Aumento de la presión arterial o frecuencia cardíaca.
Es crucial que las personas interesadas en estos tratamientos consulten a un médico especializado antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico, para asegurarse de que los beneficios superen los riesgos.
¿Son una solución a largo plazo?
El uso de fármacos para la pérdida de peso no debe considerarse como una “solución mágica”, sino como una herramienta adicional en el tratamiento de la obesidad. Para obtener resultados duraderos, es esencial combinar los medicamentos con cambios en el estilo de vida, incluyendo una dieta equilibrada, ejercicio regular y, en algunos casos, apoyo psicológico.
Si estás considerando el uso de fármacos para perder peso, el primer paso es consultar con un especialista en tratamiento de la obesidad. En CINIB, ofrecemos evaluaciones personalizadas y tratamientos integrales para ayudarte a alcanzar tus objetivos de pérdida de peso de manera segura y efectiva. Recuerda que, aunque los fármacos pueden ser útiles, los cambios sostenibles en tu estilo de vida son la clave para un peso saludable y duradero.