Con la cirugía laparoscópica, las mínimas heridas que se realizan en el abdomen, se permite hacer una vida normal a los pocos días de ser realizada. Según nuestra experiencia, más del 90 % de los pacientes que estaban trabajando antes de la cirugía de la realización de la cirugía se reincorpora a sus actividades habituales en el plazo de 15 días o incluso antes si su trabajo no requiere actividad física importante.
El abordaje utilizado para la cirugía de la obesidad es siempre laparoscópico, consiste en evitar incisiones importantes. Permitiendo realizar todas las cirugías a través de pequeñas heridas (de 5 mm o de 12 mm). No existe riesgo de “reconversión”, entendiendo como tal la apertura del abdomen durante un procedimiento planeado por abordaje laparoscópica.
Estas mínimas heridas en la pared abdominal, hacen que el dolor relacionado con la cirugía tradicional haya desaparecido. Al no existir dolor, existe una recuperación más rápida, con una movilización inmediata e incentivada y el inicio de la dieta precozmente (menos de 12 horas tras la intervención).
El beneficio fundamental es la rápida reintegración del paciente a su ambiente habitual y un retorno temprano a su actividad laboral.