Semaglutida vs cirugía en el tratamiento de la obesidad
Comparación de resultados a largo plazo en la pérdida de peso entre la semaglutida y la cirugia bariátrica y sus costes económicos.
Datos comparativos de los tratamientos para obesidad grado III
Semaglutida vs cirugía bariátrica
Faltan ensayos aleatorizados publicados que abarquen un seguimiento completo a cinco años de la semaglutida 2.4 mg en individuos con obesidad grado III. La mayoría de los ensayos clínicos presentados solo alcanzan hasta dos años o son de observacionales.
Una comparación sobre la semaglutida con los procedimientos quirúrgicos (se incluyen en ensayos como STEP, STAMPEDE y registros como LABS) señalan que, si bien la cirugía (bypass o gastrectomía vertical) induce un control más efectivo de las comorbilidades y una pérdida de peso más significativa frente a la semaglutida, también implica un riesgo mayor de complicaciones quirúrgicas.
Un estudio publicado en 2025 con pacientes con un IMC igual o superior a 35, reveló que tras dos años, los pacientes operados habían perdido cerca del 24% del total de peso (cerca de 26 kg), mientras que los pacientes tratados con semaglutida habían perdido entre el 5 y el 7% (cerca de 5-7 kg) bajo condiciones de adherencia a los tratamientos.

Para los pacientes con obesidad grado III, la cirugía es con frecuencia la primera opción terapeútica, especialmente cuando existen comorbilidades relevantes y un perfil quirúrgico adecuado
Cuando se busca una opción que resulte menos invasiva o cuando haya contraindicaciones firmes para la cirugía, se puede considerar la semaglutida como tratamiento, reconociendo que su eficacia media será inferior y estará sujeta a su uso prolongado

Cómo elegir en la práctica diaria
La semaglutida suele considerarse cuando se busca una opción menos invasiva al tratamiento de la obesidad, existe contraindicación para la cirugía o rechazo a la misma. Se prefiere iniciar el tratamiento con cambios de estilo de vida apoyados con la medicación. Es importante asumir que los resultados de pérdida de peso son más reducidos y que dependen de la adherencia al tratamiento a largo plazo.
En la obesidad grado III, estas diferencias tienden a ser aún más claras a favor de la cirugía. Aun así, sigue siendo muy importante el tipo concreto de intervención junto al seguimiento nutricional y psicológico.
A cinco años, tanto la gastrectomía vertical como el bypass gástrico suelen conservar una pérdida del exceso de peso clínicamente relevante, siendo por lo general algo mayor y más estable en el caso del bypass.
Si la prioridad es evitar la cirugía, la semaglutida puede aportar un beneficio importante. Para conseguirlos, es indispensable mantener el tratamiento en el tiempo y contar con un seguimiento multidisciplinar. Debemos conocer que al interrumpir la semaglutida, es frecuente que se recupere parte del peso perdido.
Con la semaglutida...
¿Qué conseguimos? ¿Cúal es el coste económico? ¿Qué pasa en el largo plazo?

Pérdida de peso
relacionada con la dosis
En los estudios STEP y SELECT, el uso semanal de semaglutida 2,4 mg en personas con obesidad sin diabetes suele conseguir una pérdida de peso de entre un 15 % y un 17 %, que puede mantenerse durante unos 2 a 4 años mientras se continúa el tratamiento.

Relación del coste
con la prescripción
El coste acumulado de la semaglutida puede igualar al de una cirugía bariátrica en un periodo de 2 a 5 años, dependiendo de la dosis y del precio de la intervención. Desde una perspectiva puramente económica, la cirugía tiende a ser más coste-efectiva a medio o largo plazo, siempre que la pérdida de peso y la mejora de las comorbilidades se mantengan.

Adherencia
al tratamiento
La semaglutida, requiere una prescripción continua lo que aumenta la adherencia. La decisión de seguir con el tratamiento depende de los efectos adversos, del coste y de los resultados obtenidos.
En la cirugía la adherencia depende de cómo esté organizado el programa, de la facilidad de acceso y del nivel de motivación. Algunas personas, al sentirse bien, tienden a dejar el seguimiento, mientras que otras regresan solo si surgen complicaciones.
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Reflexiones finales
Si el objetivo es evitar una cirugía, la semaglutida puede ser una gran aliada.
Se debe asumir que su eficacia es mayor y depende de dos aspectos clave:
- a) mantener el tratamiento en el tiempo y,
- b) contar con un seguimiento multidisciplinar.
Además, los efectos adversos —que pueden aparecer en algunas personas— son los que marcan hasta cuándo puede mantenerse el tratamiento y, en consecuencia, los resultados que se pueden alcanzar con la semaglutida.
Cuando se interrumpe el tratamiento farmacologico, es habitual que parte del peso perdido sea recuperado.




