Los trastornos alimenticios son enfermedades de salud mental complejas que afectan a millones de personas en todo el mundo y que van más allá de un problema con la comida. Los desórdenes alimentarios son complejos y están influenciados por una variedad de factores, incluyendo la genética, la biología, la psicología y los factores ambientales que pueden tener graves consecuencias para quienes los padecen. Reconocer y entender los trastornos alimenticios es fundamental para solicitar apoyo y el tratamiento adecuados de los profesionales capacitados, para ayudar a estas personas.
¿Cuáles son los trastornos alimenticios?
Algunos de los trastornos alimentarios más frecuentes son:
- Anorexia nerviosa:
Las personas que la sufren restringen la ingesta calórica de forma extrema y tienen temor a la ganancia de peso. Se caracterizan por tener una visión distorsionada de su propia imagen, pudiéndose apreciar a sí mismas con sobrepeso, incluso cuando están peligrosamente delgadas con pérdida de masa muscular extrema y alteraciones hormonales que se acompañan, por ejemple, de ausencia de menstruaciones.
- Bulimia nerviosa:
El tipo más común de bulimia es aquella que se acompaña de conductas compensatorias. Es la entidad en la que los pacientes que sufren un trastorno alimenticio tienen episodios recurrentes de ingesta excesiva de alimentos, seguidos de comportamientos compensatorios que pretenden evitar el aumento de peso, como el vómito autoinducido, el uso de laxantes o el ejercicio excesivo.
La provocación frecuente del vómito puede condicionar la función gástrica con aparición de desequilibrios hidroelectrolíticos, aparición de reflujo gastroesofágico o erosión dental por dicho reflujo ácido procedente del estómago.
- Trastorno por atracón:
Se caracteriza por episodios frecuentes en los que se consumen grandes cantidades de alimentos en un corto periodo de tiempo, con sensación de pérdida de control por parte del paciente y aparición de síntomas digestivos como pesadez, reflujo gastroesofágico. No se acompaña de las conductas compensatorias de la bulimia.
- Trastorno de la alimentación selectiva:
Este trastorno se caracteriza por una alimentación extremadamente selectiva o una falta de interés en comer ciertos tipos de alimentos. En este caso, no implica una preocupación por la imagen corporal, sino una aversión a determinados alimentos a causa de su textura, color, olor o a una experiencia negativa asociada.
¿Por qué surgen los trastornos alimentarios?
Algunos de los factores de riesgo que predisponen a desarrollar un trastorno alimentario pueden ser:
- Factores biológicos:
La genética puede influir en el desarrollo de trastornos alimenticios, haciendo a determinadas personas más susceptibles de desarrollar estos trastornos.
- Factores psicológicos:
La baja autoestima, la ansiedad o la depresión pueden contribuir al desarrollo de trastornos alimenticios.
- Factores socioculturales:
Las presiones sociales que idealizan la delgadez pueden generar una insatisfacción corporal y contribuir al desarrollo de trastornos alimenticios.
Reconocer los trastornos alimenticios
Reconocer estos problemas de forma temprana es fundamental para buscar un tratamiento precoz que evite daños en la salud. ¿Cómo puedo saber si alguien sufre un trastorno alimenticio? En ocasiones, se pueden apreciar los siguientes signos o síntomas en las personas que están sufriendo uno de estos trastornos:
- Sufren cambios drásticos en el peso o en los hábitos alimenticios.
- Sienten preocupación excesiva por la comida, el peso y la imagen corporal.
- Prefieren evitar situaciones sociales que impliquen el consumo de alimentos.
- Tienen comportamientos alimentarios secretos o excusas para no comer.
- Tienen episodios de atracones seguidos de comportamientos compensatorios.
- Se quejan frecuentemente de dolor abdominal, fatiga o mareos.
Tratamiento y apoyo
Con el objetivo de lograr poner solución a los trastornos alimentarios desde su origen y de forma duradera, en CINIB los abordamos desde una perspectiva multidisciplinar, ofreciendo un acompañamiento constante por parte de nuestros expertos en Psicología y Nutrición. De este modo, conseguimos que el paciente desarrolle una adecuada relación con la comida.
El enfoque del tratamiento psicológico es la terapia cognitivo-conductual, que se enfoca en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos relacionados con la comida y la imagen corporal.
En cualquier caso, es muy importante el apoyo por parte de familiares y amigos en el proceso de recuperación. La paciencia y actitud comprensiva de éstos, así como la eliminación de juicios, pueden marcar la diferencia.
Los trastornos alimenticios son un problema que debe tomarse en serio y puede generar grandes daños en la salud. Sin embargo, con el apoyo y el tratamiento adecuados, la recuperación es posible.