Cuando se plantea una cirugía para la pérdida de peso es fundamental contar con la ayuda y predisposición favorable del paciente y, preferiblemente, también de su entorno más próximo. Se ha constatado que un 20 por ciento de las personas con exceso de peso que se someten a una operación de obesidad no pierde suficiente peso o lo recupera con el tiempo. El Centro Integral de Nutrición de las Islas Baleares (CINIB) explica la manera más adecuada de enfocar el tratamiento de obesidad para que esto no ocurra en su unidad especializada de Palma de Mallorca.
CINIB, como centro de referencia en sobrepeso y obesidad de Mallorca, insiste en la importancia de tener en cuenta dos grandes aspectos a la hora de realizar un tratamiento para perder peso a una persona con obesidad. Ambos están interrelacionados y, sólo así, se pueden conseguir los resultados deseados y mantenerlos a largo plazo:
1.- El aspecto físico
Se refiere al momento de la cirugía. Se puede reducir el estómago de una persona para reducir su capacidad de ingesta y, a la vez, disminuir su estímulo para ingerir alimentos. Actualmente, se dispone de cirugía mínimamente invasiva o cirugía laparoscópica y de técnicas como la gastrectomía vertical, que son amigables para el paciente y que no obligan a la necesidad de tomar múltiples suplementos vitamínicos, calcio, hierro, etc. Estas técnicas hacen que la cirugía sea bien tolerada y sin secuelas derivadas de los cambios del tránsito de los alimentos.
2.- El aspecto psícológico
Se refiere a la “gula”. A partir de los 6 meses de la operación hace acto de presencia en la mente del paciente operado y se tiende a volver a los viejos hábitos. En este apartado resulta imprescindible el acompañamiento para asumir hábitos alimenticios saludables. Estos cambios son fundamentales para mantener a largo plazo la pérdida de peso conseguida y evitar comportamientos que impedirán consolidar resultados. Es el caso de los atracones, los picoteos por ansiedad, la ingesta de grandes cantidades de alimento de modo rutinario, no prestar atención al momento de la comida o distraerse al comer con otra actividad. La necesidad de cambiar estos hábitos adquiridos a lo largo del tiempo y que tanto influyen en el exceso de peso requiere una intervención temprana por parte de profesionales expertos en obesidad tras la cirugía.
Durante los primeros años después de una intervención, los efectos de la cirugía son la “restricción” de la cantidad a tomar en una comida y la “disminución del apetito”, que hacen que la pérdida de peso sea continua y muy importante.
Las personas que se operan están satisfechas de los resultados, dado que pierden peso continuamente sin que les represente ningún esfuerzo en el cumplimiento de las nuevas propuestas dietéticas. En ocasiones, esta situación de falso control del peso hace que abandonen el seguimiento recomendado y con el tiempo retomen sus viejos y malos hábitos alimentarios, recuperando parte del peso perdido tras la cirugía.
Esta recuperación se debe al aumento de las calorías que se toman o al picoteo continuo de pequeños alimentos, sumado a la poca actividad física por los hábitos sedentarios, lo que predispone a esta reganancia de peso.
En estas situaciones, los beneficios del tratamiento quirúrgico disminuyen y algunos pacientes no pierden suficiente peso o recuperan gran parte del peso perdido al cabo de los años. Esto puede sucederle a un porcentaje de los pacientes operados que oscila entre un 15 y un 20 por ciento. Se trata de personas que presentan patrones de mala adaptación con toma de comidas más densas o picoteos y al final, se produce el fracaso de la pérdida ponderal deseada.
Por todo ello, el Centro Integral de Nutrición Islas Baleares aconseja un seguimiento periódico que permita valorar pequeñas alteraciones en la alimentación y evitar que se aumente de peso, llegando así a considerar el tratamiento de la cirugía como un fracaso. En muchas ocasiones la causa de la reganancia de peso ha sido el abandono del tratamiento, retomando los viejos hábitos de la mala alimentación.
