Las alergias e intolerancias alimentarias son condiciones cada vez más reconocidas, pero también rodeadas de confusión. Muchas veces, las personas tienen una idea equivocada sobre lo que realmente significa tener una alergia o una intolerancia a ciertos alimentos, y esto puede llevar a malentendidos, diagnósticos erróneos y tratamientos inadecuados. A continuación, desmentimos algunos de los mitos más comunes sobre estas afecciones.
1. Las alergias alimentarias son solo para los niños.
Es bastante común pensar que las alergias alimentarias son solo una preocupación exclusiva de los más pequeños, pero esto no es cierto. Aunque muchas alergias alimentarias se diagnostican en la infancia, también pueden aparecer por primera vez en la edad adulta. De hecho, algunas personas desarrollan alergias a alimentos como mariscos, frutos secos o lácteos en la adultez. Las alergias alimentarias pueden surgir en cualquier momento de la vida.
2. Las intolerancias alimentarias son lo mismo que las alergias.
Aunque las alergias y las intolerancias alimentarias comparten algunos síntomas, como molestias digestivas, en realidad son condiciones muy diferentes. Las alergias alimentarias involucran una respuesta del sistema inmunológico, donde el cuerpo identifica erróneamente una proteína de un alimento como peligrosa, lo que puede llevar a reacciones graves como anafilaxia. Sin embargo, las intolerancias alimentarias no implican el sistema inmunológico, sino que son problemas digestivos derivados de la incapacidad del cuerpo para descomponer ciertos alimentos, como la lactosa o el gluten. Los síntomas de una intolerancia suelen ser más leves, como hinchazón, gases o diarrea.
3. Si no tienes síntomas graves, no tienes una alergia alimentaria.
Las alergias alimentarias no siempre provocan reacciones extremas o visibles. Es cierto que algunas personas pueden experimentar síntomas graves, como dificultad para respirar o hinchazón en la garganta, pero otras pueden tener reacciones más leves, como picazón en la boca, urticaria o dolor abdominal. Incluso las reacciones leves pueden ser peligrosas si no se tratan adecuadamente, por lo que siempre es importante consultar a un profesional de la salud si se sospecha de una alergia alimentaria.
4. Las alergias alimentarias desaparecen con el tiempo.
Aunque algunas alergias en los niños, como las de los huevos o la leche, pueden desaparecer con el tiempo, muchas otras son permanentes. Las alergias a los frutos secos, mariscos o el pescado, por ejemplo, suelen ser para toda la vida. Si bien es posible que algunos adultos desarrollen tolerancia con el tiempo a ciertos alimentos, no es algo que ocurra en todos los casos, y nunca se debe intentar introducir un alimento al que se sospeche ser alérgico sin la supervisión de un médico.
5. Si un alimento no causa reacciones graves, no es necesario evitarlo.
Muchas personas piensan que pueden tolerar pequeñas cantidades de un alimento al que son alérgicos sin que ocurra una reacción grave. Sin embargo, las reacciones alérgicas pueden ser impredecibles, y lo que parece una pequeña reacción puede empeorar rápidamente. Incluso una cantidad mínima de alérgeno puede desencadenar una respuesta inmunitaria, y las consecuencias pueden ser muy serias. Por tanto, las personas con alergias alimentarias deben evitar completamente el alimento que les causa la reacción.
6. Todos los alimentos ‘’sin gluten’’ son más saludables.
La popularidad de las dietas sin gluten ha llevado a la creencia de que estos productos son más saludables que sus versiones con gluten. Sin embargo, los productos sin gluten no son necesariamente más nutritivos. De hecho, muchos alimentos sin gluten pueden ser más procesados y contener más azúcares, grasas o aditivos. Si bien es cierto que las personas con celiaquía o sensibilidad al gluten deben evitarlo por razones de salud, para la mayoría de las personas, el gluten no presenta ningún peligro.
7. Las intolerancias alimentarias solo afectan al sistema digestivo.
Aunque las intolerancias alimentarias son comúnmente asociadas con problemas digestivos, como hinchazón, gases y diarrea, también pueden tener efectos en otras partes del cuerpo. Por ejemplo, algunas personas con intolerancia a la lactosa o al gluten pueden experimentar dolores de cabeza, fatiga o problemas en la piel. Los síntomas varían según la persona, por lo que es importante tener en cuenta cómo reacciona el cuerpo a ciertos alimentos.
8. Solo las personas con diagnósticos médicos deben seguir una dieta sin ciertos alimentos.
Muchas personas siguen dietas estrictas sin una evaluación médica adecuada, eliminando alimentos de manera innecesaria y sin entender las consecuencias. Si bien es cierto que algunas personas necesitan evitar ciertos alimentos debido a alergias o intolerancias, hacer cambios drásticos en la dieta sin orientación profesional puede llevar a deficiencias nutricionales. Consultar a un nutricionista o médico antes de eliminar alimentos de la dieta es esencial para garantizar que se mantenga un equilibrio adecuado de nutrientes.
9. Las pruebas caseras para detectar alergias son confiables.
En internet, hay varias pruebas caseras que prometen ayudar a las personas a identificar sus alergias alimentarias, pero en la realidad es que esas pruebas no son confiables. Los test de eliminación o los análisis de sangre sin la supervisión de un profesional de la salud pueden dar resultados falsos positivos o negativos. Si tienes sospecha de una alergia alimentaria, la mejor opción es realizar pruebas médicas como las pruebas cutáneas o de sangre, bajo la supervisión de un profesional especialista como el alergólogo.
10. Las alergias alimentarias son poco frecuentes.
Aunque es cierto que las alergias alimentarias graves no son tan comunes como las leves, las estadísticas muestran que están en aumento. Según estudios recientes, alrededor del 8% de los niños y el 2-3% de los adultos tienen alguna forma de alergia alimentaria. En algunos casos, esta tendencia se ha vinculado con cambios en los hábitos alimentarios, el estilo de vida y la exposición a ciertos alérgenos desde temprana edad.
Las alergias e intolerancias alimentarias son condiciones complejas que a menudo están rodeadas de mitos y malentendidos. Es importante educarse bien sobre las diferencias entre ambas y reconocer que cada persona puede experimentar síntomas de manera distinta. Si tienes sospechas de alguna alergia o intolerancia alimentaria, lo más recomendable es acudir a un especialista para obtener un diagnóstico adecuado y seguir un tratamiento apropiado.
Educarse sobre el tema no solo ayuda a prevenir riesgos innecesarios, sino que también permite que quienes viven con estas condiciones puedan llevar una vida más segura y saludable.
Referencias bibliográficas: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/web/para_el_consumidor/ampliacion/alergias.htm
