Yogur, chucrut, kimchi, kéfir... Todos estos alimentos están en la dieta de la humanidad desde hace milenios y tienen algo en común: son fermentados. Los alimentos fermentados son probióticos y los experimentos demuestran que funcionan mejor que los suplementos de farmacia. Entre otras cosas evitan la diarrea y el estreñimiento, reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los síntomas de las depresión y el estrés, refuerzan tu sistema inmunitario y protegen contra ciertas alergias.